2 de diciembre de 2007

Los Enigmas de la Homosexualidad

La homosexualidad es uno de los matices de la sexualidad humana. La palabra “homosexualidad” se vio la primera vez para el inglés por la década de 1890, usado por Charles Gilbert Chaddock (traductor de Psychopathia Sexuallis). Originalmente el término aparecía en alemán en un folleto anónimo en 1969. (Ribeiro Braga).

Es probable que uno de los logros más grandes de la liberación sexual haya sido el que se pueda discutir y analizar el tema de la homosexualidad con libertad, sin temor a la cruel represión social, recurriendo a la verdad que nos da la experiencia científica y con el firme respeto a los inalienables derechos humanos. (Cáceres, 1997).

Debemos tener en cuenta que no se trata de una rareza. Se acepta una prevalencia mundial entre un 2 y un 4% para el grupo de homosexuales femeninos, y entre 4 y 10% de los masculinos. (Cáceres, 1997).

(Aurioles y Aldana, 1984) señalan que las investigaciones de la frecuencia con las que la orientación homosexual aparece están plagada de problemas, no obstante puede decirse que entre un 2 y un 5% de la población adulta tiene esta orientación sexual.
(Aurioles y Aldana, 1984) plantean que la persona homosexual es aquella que está motivada en la vida adulta por una atracción erótica preferencial a miembros del mismo sexo. (Marmor, 1980) señala que la persona homosexual puede ser definida como aquella que está motivada en la vida adulta por una atracción erótica preferencial definitiva a miembros del mismo sexo y quien usualmente (pero no necesariamente) se involucra en relaciones sexuales abiertas con ellos.
Origen de la Homosexualidad

El término homosexualidad no describe a un grupo unitario de población, ni nos conduce a predecir personalidad o patología de aquellas personas cuya actividad sexual se produce con su mismo sexo, por desgracia los conceptos erróneos y los prejuicios científicos, religiosos y sociales se han aliado para presentar una visión estereotipada de la homosexualidad. (Kolodny, Masters y Jhonson, 1985).

La forma dominante de la conducta sexual se expresa en las relaciones entre el hombre y la mujer, pero existe un número considerable de personas en cualquier tipo de sociedad, que en algún momento de su vida han sido motivados por conductas homosexuales. Sin embargo, un grupo pequeño de ellos se reconoce a sí mismos como homosexuales; es decir, asumen de forma plena su identidad homosexual. Esto no solo tiene que ver con los fuertes prejuicios hacia la homosexualidad existentes en la cultura occidental, sino también con el hecho de que una practica u orientación homosexual en un momento concreto de la vida, no conducen necesariamente al desarrollo de una identidad homosexual. (González Rey, 1995).

El proceso de desarrollo de la identidad homosexual se configura a nivel personológico; por ello no tiene sentido hablar de homosexualismo congénito o genético, aunque podamos reconocer determinantes en este nivel que favorezcan la orientación homosexual; sin embargo, nunca se expresará de forma lineal y directa en la determinación de la homosexualidad.
Para el profesor Jhon Money, (citado por Cáceres, 1997) psicólogo, profesor de la Universidad y del Hospital Jhon Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos, la orientación sexual podría verse determinada por tres factores, los cuales describe al analizar su propuesta basada en los mapas del amor. Nos referimos a la naturaleza, al periodo critico y a la crianza. En otros términos, nos referiríamos a lo mismo de la siguiente forma:

1. El factor Biológico: configurado por los Genes, las Hormonas y las Estructuras Cerebrales, las cuales predisponen la orientación sexual.
2. El Imprinting o Impronta: es decir, el estímulo específico en el momento oportuno, estímulo que podría ser dado por la familia y la sociedad en los tres primeros años de vida, período en el cual quedaría definida la orientación sexual.
3. El medio: es decir, el ambiente social y familiar así como la educación que se recibirá en este período crítico comprendido en los tres primeros años de vida.

A pesar de los numerosos intentos, ninguno de los estudios más difundidos (Hamer, 1993; LeVay, citado por Cáceres, 1997) han podido ser reproducidos. (Gadd, 1998). Un número de autores han revisado cuidadosamente tales estudios y encontraron que no sólo no demuestran una base genética para la atracción homosexual, sino que ni siquiera pretenden tener evidencia científica para tal afirmación. (Byne, 1993; Goldberg 1992; Horgan, 1995; McGuire, 1995; Porter, 1996; Rice, 1999).

Si la atracción homosexual fuera genética, entonces uno esperaría que los mellizos idénticos tuvieran la misma orientación sexual. Sin embargo, hay numerosos casos de mellizos idénticos que no son idénticos en su orientación sexual. (Bailey, 1991; Eckert, 1986; Friedman, 1976; Green, 1974; McConaghy, 1980; Zuger, 1976). Otros han intentado probar la base genética de la atracción homosexual para poder apelar a las cortes en busca de derechos basados en la inmutabilidad. " (Green, 1988).

Diversos estudios (Margolese, 1970; Margolese y Janiger, 1973) indican ciertas diferencias en la excreción urinaria de metabolitos de hormonas sexuales entre varones homosexuales y heterosexuales; una excreción menor de testosterona urinaria en los homosexuales que en los heterosexuales (Loraine, Ismail, Adamopoulos, et.al, 1970) y niveles de testosterona en sangre mucho menores en los adultos jóvenes exclusiva o casi exclusivamente homosexuales que en el mismo grupo de edad heterosexual (Kolodny, Masters, Hendryx, 1971). Los estudios posteriores han mostrado, sin embargo, otros resultados diferentes. (Birk, 1973; Tourney, 1973; Brodie, 1974; Doerr, 1973; Friedman, 1977)...
Causas Psicosociales:
Si bien hay modelos de desarrollo con aspectos similares, cada individuo es único, con una historia personal. En las historias de personas que se sienten atraídas por otros del mismo sexo, uno encuentra frecuentemente uno o más de los siguientes:
· Alienación del padre en la infancia, porque el padre fue percibido como hostil, distante, violento o alcohólico. (Fisher, 1996; Pillard, 1988; Sipova, 1983).
· La madre fue sobreprotectora (niños hombres), (Bieber, T. 1971)
· La madre era necesitada de afecto y exigente con los niños, (Fitzgibbons, 1999)
· Madre emocionalmente vacua (niñas). (Bradley, 1997; Eisenbud, 1982)
· Los padres no fomentaron la identificación con el propio sexo (Zucker, 1995)
· Ausencia de juegos más o menos violentos (niños). (Friedman, 1980)
· Falta de identificación con sus iguales del mismo sexo. (Hockenberry, 1987; Whitman, 1977)
· Aversión a los juegos por equipo (niños). (Thompson, 1973)
· Falta de coordinación de la mano con la vista, que lleva a pullas de los iguales (niños), (Bailey, 1993; Fitzgibbons, 1999; Newman, 1976)
· Abuso sexual o violación, (Beitchman, 1991; Bradley, 1997; Engel, 1982; Finkelhor, 1984)
· Fobia social o timidez extrema. (Golwyn, 1993)
· Pérdida de un padre por muerte o divorcio. (Zucker, 1995)
· Separación de un padre durante una etapa crítica del desarrollo. (Zucker, 1995)

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